El Pura Raza Árabe nació en el desierto, entre el Mar Rojo y el Golfo Pérsico y hacia el norte alcanzó hasta parte de Irán e Irak. Arqueólogos e historiadores no han podido precisar exactamente tiempo y espacio de este nacimiento. Sin embargo, existen indicios razonables para pensar que los caballos de tipo árabe estaban domesticados, en la citada área geográfica, 1.500 años antes de Cristo. El caballo árabe ha estado sometido a un sistema de selección contrastada por el hombre, durante 350 generaciones.
El Pura Raza Árabe, es el más antiguo, y único pura raza que existe, siendo el origen de todas las razas, de caballos modernos, de tipo ligero, y de sangre caliente (Pura Sangre Inglés, Anglo-Árabe, Hispano-Árabe, Lipizano, Morgan, Trackene etc.).
Un hecho histórico importante, en términos del caballo en general en nuestro país, es cuando la Reina Isabel II ordenó importar un grupo de sementales de pura raza del desierto, con la finalidad de “Mejorar la Cabaña Equina Española”.
El Libro Registro Genealógico del caballo árabe en España, que data de 1.847, es el más antiguo del mundo. Años después, se importaron ejemplares seleccionados de Egipto, Polonia, de todo el Oriente Medio. Estas importaciones unidas a estrictos sistemas de selección y cría del caballo Árabe, dieron lugar a la “Joya Genética” que hoy disfrutamos.
España aún conserva, como único país en el mundo, 22 líneas directas, y en expansión, de las yeguas importadas del desierto de Najed.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye a la raza equina Árabe en el Grupo de Razas Integradas en España.
La imagen general es la de un caballo armónico, proporcionado y atractivo, que respalda el calificativo “más bello del mundo”, a la vez que le confiere un sello especial que los expertos llaman “desierto”.
La alzada del caballo Árabe oscila entre 148 y 156 cm., presentan una cabeza pequeña y cóncava, tronco piramidal y corta, quijadas amplias, orejas cortas y separadas, una grupa amplia y redondeada con nacimiento alto de la cola, extremidades musculosas, el tórax es amplio y sus costados bien arqueados.
Su aptitud más destacable es su enorme resistencia unida a su velocidad, debido a que su selección fue realizada con vistas a soportar las duras condiciones del desierto.
Dado que su característica más significativa es la resistencia, el Raid es la disciplina en la que se desenvuelve con mayor facilidad, destacando sobre la demás razas.
En muchos países de los distintos continentes, existen también carreras de caballos reservadas a los de pura raza Árabe.
Es una raza que por su procedencia se adapta perfectamente a cualquier zona geográfica, incluso en las de más dureza. No debe de olvidarse que es la raza más extendida en todo el mundo.
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